Crítica de «Honey» de Robyn

robyn honeyNada más y nada menos que 8 años han pasado desde que Robyn publicó Body Talk, su último álbum de estudio. Desde entonces apenas hemos sabido nada de la cantante sueca aunque lo cierto es que no ha estado completamente alejada del mundo de la música ya que durante esta larga ausencia ha lanzado dos EP’s, uno junto al dúo noruego de música electrónica Royksopp, y otro junto al grupo La Bagatelle Magique, compuesto por la propia Robyn, el productor Christian Falk y otro componente menos conocido. De los dos EP’s que lanzó Robyn destacó el primer de ellos, titulado Do It Again, el cual recibió buenas opiniones de los expertos musicales, resultó bastante exitoso en Europa y Estados Unidos, donde alcanzó el #1 en el componente Dance de la lista Billboard e incluso fue nominado a un premio Grammy a mejor álbum Dance/electrónico. El segundo EP, Love Is Free, fue publicado en el año 2015 y pasó más desapercibido entre el público, y desde entonces no hemos tenido apenas noticias de Robyn ya que tras la muerte de Christian Falk (gran amigo suyo) y una ruptura sentimental, la cantante pasó por una depresión y se mantuvo alejada del mundo de la música. Una vez que estuvo recuperada de estos malos momentos personales, Robyn empezó a grabar su nuevo álbum de estudio, el octavo de su trayectoria discográfica.

A finales de octubre, Robyn publicó su esperado nuevo disco, Honey, que está compuesto por 9 temas, una extensión muy escasa y por debajo de los habituales estándares en el mundo de la música, ya que podría pasar perfectamente por un EP. Además este nuevo trabajo difiere del anterior en cuanto a la estrategia promocional llevada a cabo, ya que el álbum Body Talk se trataba de un original proyecto precedido por dos mini-álbumes llamados Body Talk Part 1 y Body Talk Part 2 para concluir en un disco que estaba compuesto por las mejores canciones de ambos álbumes, sin embargo en el caso de Honey, la cantante se ha decantado por una estrategia más tradicional. Missing U, el single presentación de Honey, llegó en agosto y se trataba de un tema electro-pop muy sentimental dedicado a su fallecido amigo Christian Falk en el que le dedica unas bonitas palabras diciéndole lo mucho que le echa de menos y las cosas que les quedaron por hacer juntos. A pesar de ser un tema bailable y up-tempo, la cantante lo afronta cantando de una manera muy emotiva como si de una balada se tratase, y comparte similitudes con su hit «Dancing On My Own». Como segundo single, la cantante sueca presentó el tema que da título al álbum, Honey, un tema dance-pop y electro-pop interpretado por Robyn de una manera muy lánguida y melancólica.

Además de componer los 9 temas que forman parte de Honey, la cantante nacida en Estocolmo también ha participado en la producción de varias de las canciones, junto a su habitual colaborador Klas Ahlund o Joseph Mount, con quien trabaja por primera vez. Entre los temas más destacados del álbum se encuentran «Human Being», un medio tiempo electrónico, o el hipnótico «Baby Forgive Me». Honey ha sido #1 en su nativa Suecia, sin embargo ha obtenido un recibimiento muy tibio en el resto del mundo debido a una escasa promoción, aunque es notorio mencionar su entrada en el top 40 en Estados Unidos. Aunque Honey es su disco más personal hasta la fecha y resulta muy cohesivo, palidece en comparación a Body Talk, el cual estaba compuesto por un conjunto excelente de joyas electro-pop y resultaba más divertido y alegre, sin embargo Honey es fruto de una mala época en la que ha sufrido importantes pérdidas y duros momentos personales. Sin duda, su larga espera ha merecido la pena ya que es un buen trabajo de electro-pop ejecutado de una manera muy elegante. Puntuación: 7/10.

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