Crítica de «Désobéissance» de Mylène Farmer

9E801606-C9D7-4E33-A457-651A968CBA28De padres franceses, la cantante y compositora Mylène Farmer nació en Quebec, Canadá, aunque a una edad temprana su familia se trasladó a los suburbios de París. Tras probar suerte como actriz, una joven Mylène conoció a Laurent Boutonnat, un estudiante de cine quien se convertiría años más tarde en su habitual colaborador musical y la fuerza creativa detrás de los vídeos musicales de Mylène. Desde sus inicios en el mundo de la música, la cantante destacó por las polémicas letras de sus canciones y sus explícitos videoclips, como por ejemplo su single debut, ‘Maman a tort’ (mi madre está equivocada), el cual hablaba de una relación lésbica y en cuyo videoclip se mostró por primera vez un desnudo femenino frontal. Entre sus temas más famosos se encuentran ‘Libertine’ o ‘Desenchantée’, que años más tarde serían versionados por la cantante belga Kate Ryan. Dentro de su larga trayectoria musical, Mylène Farmer ha vendido más de 30 millones de discos en Francia y ostenta el título de ser la artista con más #1 en la lista de singles francesa (18 en total), convirtiéndose en la cantante femenina más importante y exitosa de dicho país. Por todo ello podríamos considerar a Mylène Farmer como la ‘Madonna francesa’, ya que con cada disco consigue reinventarse y ofrecer un estilo e imagen diferentes, además de haber atraído la atención del público por las polémicas y atrevidas letras de sus canciones. En septiembre del año pasado, la cantante de 57 años publicó su undécimo álbum de estudio, Désobéissance (desobediencia en francés), cuyo título demuestra que aunque pasen los años Mylène sigue teniendo un espíritu rebelde e inconformista. Este álbum está formado principalmente por temas up-tempo de estilo electro-pop y dance-pop, con gran influencia de la música electrónica de los años 80/90 y destaca por el hecho de que, al igual que su anterior disco «Interstellaires», no cuenta con la participación de su habitual colaborador Laurent Boutonnat.

Désobéissance debutó en lo más alto de la lista francesa de álbumes, convirtiéndose en el noveno trabajo de Mylène Farmer que alcanza el #1 en Francia, y desde septiembre ha vendido más de 200 mil copias, siendo certificado doble platino. El single presentación fue Rolling Stone, un marchoso tema synth-pop que se convirtió nuevamente en otro #1 para Mylène en la lista francesa de singles. El segundo sencillo fue su colaboración con la cantante y compositora americana LP en N’oublie Pas, que empezaba como una emotiva balada pero iba aumentando de ritmo hasta convertirse en un tema dance-pop. Este tema, en el que Mylène canta en francés mientras que LP lo hace en inglés, nuevamente alcanzó el #1 en Francia, extendiendo el reinado de Mylène Farmer en lo más alto de la lista francesa a 18 singles. La elección de los siguientes singles fue de lo más acertada ya que son las canciones más interesantes del álbum (y mis temas favoritos): Sentimentale, en el que la cantante muestra su fragilidad y vulnerabilidad, pero ambientado en un sonido dance-pop y electro-pop que lo hace uno de los temas más marchosos del disco, y Désobéissance, que da título a este trabajo y se trata de un pegadizo tema electro-pop en el que Mylène utiliza su habitual falsetto. Este mismo mes de ha puesto a la venta dicho single en formato físico, tanto CD como vinilo, algo que ha encantado a los fieles fans de la veterana artista, quienes coleccionan todos los lanzamientos de su extensa trayectoria. Aunque los singles extraídos y la mayor parte de los temas del álbum son de carácter up-tempo, también tienen cabida los medios tiempos electro-pop, como ‘Des Larmes’, que será el siguiente single y “Get Up Girl», en el que Mylène incluye varias frases en inglés o la oscura balada ‘Retenir L’eau’. «Désobéissance», pese al handicap obvio ser un álbum en francés, resulta muy accesible a todos los públicos al ser marchoso y bailable, por lo que es la opción perfecta para lanzarse a escuchar un disco en este idioma para quienes no lo hayan hecho nunca, además de dar una oportunidad a Mylène Farmer, quien pese a ser una de las artistas más vendedoras e importantes dentro del mercado francófono, no ha obtenido un mayor éxito fuera de Francia por el inconveniente del idioma. En definitiva, «Désobéissance» es un buen álbum que nos muestra la madurez y la constante evolución musical de una de las artistas más consolidadas de Francia, además de una magistral producción por parte de DJ francés Feder. Puntuación: 7’5/10.