La era Witness resultó todo un despropósito: desde la horripilante portada del álbum, la disparatada estrategia comercial, la poco acertada elección de los singles, sus polémicas declaraciones y su sobreexposición en los medios de comunicación durante aquella época no sólo hicieron que Katy Perry obtuviese los peores resultados de su carrera y pasase por su momento más bajo de popularidad sino que hicieron mella en salud mental y la obligaron a desconectar durante en tiempo del mundo de la música para encontrar paz espiritual. Es cierto que ‘Witness’ se convirtió en el tercer #1 de la cantante en Estados Unidos y obtuvo buenas cifras en su primera semana, sin embargo las ventas pronto se estancaron debido a la modesta acogida de los singles lanzados, de los cuales sólo destacaron ‘Chained To The Rhythm’, el cual alcanzó el top 5 en la lista americana y ‘Swish Swish’, que se volvió viral debido al famoso baile que aparecía en su videoclip aunque apenas pasó de un top 50. Un resultado francamente decepcionante para una artista de la talla de Katy Perry, la cual venía de conseguir dos sencillos #1 con ‘Prism’ y de encadenar 5 singles #1 con su legendario álbum ‘Teenage Dream’. Tras la gira mundial de ‘Witness’ y debido al desgaste mental sufrido durante la promoción del álbum, la cantante californiana decidió retirarse temporalmente del mundo de la música y una vez que estuvo recuperada comenzó a grabar nuevos temas pero declaró que en esta nueva etapa iba a lanzar canciones «no para los charts sino para el corazón» quedando implícito que su discográfica ya no aspiraba a repetir los éxitos del pasado por lo que daba la libertad a Katy de lanzar las canciones que verdaderamente le gusten, además aseguró que no iba a seguir el estresante patrón de single-álbum-tour del pasado sino que se iba a tomar las cosas con calma y lanzar nuevas canciones una vez que terminara de grabarlas sin intención de publicar disco en próximas fechas.
Tras varias colaboraciones con otros artistas, en mayo de 2019 Katy Perry puso fin a su sequía musical y lanzó Never Really Over, el ‘supuesto’ single anticipo de su nuevo proyecto, todavía sin fecha de publicación ni título definitivo. Se trataba de un alegre tema electro-pop que contenía una interpolación de una canción de la artista noruega Dagny y estaba producido por Zedd, con quien Katy había colaborado recientemente. Aunque ‘Never Really Over’ no resultó un hit de la talla de ‘California Gurls’ o ‘Roar’, sí supuso un importante avance con respecto al desempeño comercial de los singles de su anterior álbum y dio un respiro a la maltrecha situación comercial que vivía la cantante. ‘Never Really Over’ ocupó el top 10 en Australia o Canadá y alcanzó el top 20 en Reino Unido y Estados Unidos, aunque resultaba la posición más baja de un ‘lead single’ de Katy en tierras americanas, si es que podíamos denominar así a este tema. Unos meses después llegó Small Talk, un coqueto tema synth-pop producido por Johan Carlsson y Charlie Puth que resultaba un buen ‘album track’ pero no terminaba de funcionar como single y prueba de ello fue su mediocre desempeño comercial, con el que regresaba a los peores días de ‘Witness’. Durante el resto del año Katy Perry siguió lanzando singles para tantear el terreno y ver si contaba con suficiente apoyo por parte del público como para poder respaldar la publicación de su ‘hipotético’ nuevo álbum, como Harleys in Hawaii, un tema pop de aire veraniego con influencia reggae que no pasaba más allá de ser el track 10 de un álbum. Ya en 2020 llegó Never Worn White, una insípida balada a piano en cuyo videoclip Katy desveló que estaba embarazada de su primer hijo y meses después mientras el mundo se encontraba sumido en la pandemia del coronavirus lanzó Daisies, acompañado del típico videoclip grabado en el jardín de su casa debido al confinamiento. Daisies se trataba de un tema pop con guitarras acústicas producido por The Monsters & The Strangerz que recibió mejores críticas que sus últimos temas y consiguió un desempeño moderado en las listas de venta.
Esta misma semana, Katy Perry ha revelado que su nuevo álbum de estudio se llamará Smile, será publicado a mediados de agosto y ha desvelado su portada, en la que la cantante aparece como un payaso triste en contraposición con el alegre título del álbum, una imagen que a priori no presagia nada bueno (al igual que cuando presenciamos la horrible carátula de ‘Witness’) sobre el futuro de esta nueva era y nos hace preguntarnos si resultará tan caótica y controvertida como la anterior. En primer lugar la estética circense ha sido explotada hasta la saciedad en el mundo del pop: ejemplos memorables son ‘Circus’ de Britney Spears, ‘Funhouse’ de Pink o ‘Back To Basics’ de Christina Aguilera, y por otra parte, esta estética rompe con la imagen hippy, retro y maternal que Katy nos ha presentado en los singles Never Really Over, Small Talk y Daisies respectivamente, si es que estos temas finalmente pasan a formar parte del ‘track list’ del disco. Después de numerosos singles sin un apoyo masivo por parte del público y una estrategia promocional tan poco centrada y coherente, no sé que le deparará esta era a Katy Perry por lo que tendremos que esperar al 14 de agosto, fecha en que verá la luz Smile, para escuchar el resto del contenido del álbum.