Es indudable que Taylor Swift se ha convertido en una de las cantantes más famosas y populares de la última década gracias a una leal base de fans que la apoya de manera incansable e incondicional, pero también es innegable que ha llegado a saturar al público con un exceso de material discográfico, entre álbumes de estudio, reediciones y grabaciones de antiguos trabajos. El duodécimo álbum de estudio de Taylor Swift tiene por título The Life of a Showgirl y en palabras de la propia cantante se trata de un trabajo vibrante y animado sobre su vida de artista y el momento personal de felicidad que está viviendo. Este álbum está formado por 12 temas pop con influencias pop/rock, Country y synth-pop compuestos por la propia Taylor y producidos por los reyes midas del pop, Max Martin y Shellback, artífices su viraje hacia el pop en el álbum «Red» y sus siguientes trabajos, «1989» y «Reputation». Este álbum fue grabado mientras la cantante de Pennsylvania se encontraba de gira por Europa y viajó varias veces a Suecia para trabajar con los dos hitmakers. Coincidiendo con la publicación del álbum se ha lanzado el single presentación, The Fate of Ophelia, que se trata de un tema up-tempo synth-pop en el que Taylor agradece a su pareja, el jugador de fútbol americano Travis Kelce, por su paciencia y constancia a la hora de conquistarla. El título de esta canción hace referencia al personaje protagonista de la obra «Hamlet» de Shakespeare, Ophelia, que se ahoga tras entrar en un estado de locura y ser rechazada románticamente. Taylor Swift ha seguido el mismo patrón utilizado con sus anteriores álbumes y no ha desvelado ningún sencillo promocional hasta la publicación del álbum, pero ello no ha evitado que ‘The Fate of Ophelia’ haya roto el récord de la canción más reproducida en un día en la historia de Spotify, con más de 30 millones de streams a nivel mundial.
La única artista invitada en el álbum es Sabrina Carpenter (la amenaza real de Taylor en el actual panorama pop), quien participa en la canción titular, ‘The Life of a Showgirl’, que se trata de una balada con influencias Country cuyas letras hablan de la vida de una chica que aspira a convertirse en una estrella del mundo del espectáculo y se enfrenta a diversos retos y desafíos en su camino. Entre los temas más destacados del álbum se encuentran ‘Opalite’, un tema up-tempo pop/rock cuyas letras celebran la felicidad que se siente cuando has encontrado a la pareja perfecta o ‘Elisabeth Taylor’, una balada de sonido orquestal que explora temas como la fama o el romance y cuyo título proviene de la icónica actriz americana. También merece la pena reseñar ‘Actually Romantic’, en el que Taylor expresa su asombro por la excesiva atención que recibe por parte de una mujer obsesionada con ella (se especula que es una indirecta a la cantante Charli XCX) o ‘Ruin the Friendship’, con influencias Country y que habla del romance adolescente de Taylor con un chico de su colegio y que falleció años después.
El esperado regreso de Taylor Swift al pop comercial tras varios álbumes de folk y sonido alternativo se ha quedado a medio gas, ya que la mayor parte del material presente es blando, insípido y anodino. Max Martin y Shellback han sido los artífices de algunos de los mejores temas pop de la historia de la música y han producido grandes éxitos para Britney Spears, Pink, Katy Perry, Kesha o la propia Taylor Swift, pero definitivamente no han estado demasiado inspirados en «The Life of a Showgirl» y han entregado un conjunto de temas genéricos y formulaicos. Sin embargo ambos maestros del pop han supuesto un soplo aire fresco en la música de Taylor, a quien le ha venido bien dejar de trabajar con Jack Antonoff, cuya repetitiva fórmula se estaba agotando. En resumen, «The Life of a Showgirl» no ofrece nada novedoso u original al panorama musical y pone de manifiesto el agotamiento creativo por el que atraviesa Taylor Swift, quien muestra pocos signos de evolución artística. Pese a sus evidentes defectos, «The Life of a Showgirl» supone un paso adelante con respecto a sus anteriores álbumes (excesivamente largos y aburridos) y supone su trabajo más ‘radio friendly’ desde «1989». Temas imprescindibles: The Fate of Ophelia, Opalite, Elisabeth Taylor, Actually Romantic y The Life of a Showgirl. Puntuación: 6/10.

En los inicios de su carrera, Taylor Swift era una de la figuras más prometedoras de la escena Country estadounidense y poseía una imagen de ‘girl next door’ que encajaba con los cánones de la conservadora sociedad americana, sin embargo con el paso de los años no solo ha dejado atrás su pasado Country sino que se ha deshecho de la imagen dulce con la que conquistó al público. Durante los últimos años la cantante de Pensilvania se ha ganado una mala reputación en la industria musical: ha desvelado todo tipo de detalles de sus ex-novios a través de sus canciones, ha protagonizado peleas con compañeras de profesión y se ha visto envuelta en varias polémicas, lo que ha provocado que la antigua ‘novia de América’ ahora sea percibida por el público como una artista sin escrúpulos y una ‘víbora’ vengativa y rencorosa. Taylor Swift abandonó la imagen de la ‘pop star’ perfecta y asumió su papel de chica mala en su sexto álbum de estudio, Reputation, cuyo título hace referencia al escrutinio que sufrió la cantante por parte de los medios de comunicación sobre su imagen pública y su vida privada tras su ascenso a la fama. En el aspecto musical, «Reputation» destaca por su viraje hacia el sonido electrónico que Taylor Swift inició en su anterior álbum y está formado principalmente por temas synth-pop y electropop, aunque cuenta con influencias R&B e incorpora bases de la música urbana como Trap y Hip Hop. Las letras de las canciones presentes en el álbum están inspiradas en sus relaciones amorosas, pero Taylor también planta cara a todas las personas que han arremetido contra ella (es más que evidente su tono combativo y vengativo en el álbum). Este trabajo también destaca por el hecho de que Taylor utiliza la técnica sing-rap en muchas de las canciones y ofrece un menor rango vocal al habitual, además de adoptar un estilo al cantar más cercano al de un artista R&B. La primera mitad del álbum está producida por Max Martin y Shellback (responsables de sus dos anteriores álbumes y artífices de su viraje hacia el pop) mientras que la segunda parte cuenta con la producción del que se convertiría en su mano derecha y habitual colaborador Jack Antonoff. «Reputation» debutó en el #1 de la lista americana de álbumes (su quinto ‘chart topper’) y se convirtió en su cuarto trabajo en superar el millón de copias en su primera semana a la venta. El álbum ha vendido dos millones y medio de copias en tierras americanas y ha sido certificado triple platino en Estados Unidos pero ha conseguido unas ventas notoriamente inferiores a las obtenidas por «Red» y «1989».
En 2012 la cantante americana Taylor Swift publicó su álbum ‘crossover’, Red, el cual marcaba una divergencia con respecto al sonido Country de sus primeros trabajos para incorporar un sonido pop de carácter comercial con el que conquistó un público más amplio. «Red» resultó un éxito comercial, alcanzó el #1 en las principales listas de venta y contó con hit singles de la talla de ‘We Are Never Ever Getting Back Together’ o ‘I Knew You Were Trouble’, sin embargo Taylor recibió algunas críticas de los expertos musicales por comprometer su integridad artística y ‘venderse’ al pop comercial en un intento por acceder a un público mayor. Tras la gran acogida de «Red» la cantante de Pennsylvania continuó con su objetivo de convertirse en una estrella internacional y deshacerse de su pasado Country. En 2014 vio la luz el quinto álbum de estudio de Taylor Swift, 1989, cuyo título hace referencia a su año de nacimiento y se trata de un trabajo eminentemente pop con influencias synth-pop, pop/rock, dance-pop y electropop. Para este álbum, Taylor Swift siguió confiando en Max Martin y Shellback, responsables de los mayores éxitos de «Red» y artífices de su viraje hacia el pop, pero se unió a nuevos productores de primer nivel como Ryan Tedder, Greg Kurstin o Jack Antonoff. Cabe destacar que su habitual colaborador Nathan Chapman disminuyó su participación de manera notoria. Las letras de las canciones presentes siguen el mismo patrón que en sus anteriores trabajos y exploran las relaciones amorosas de Taylor y sus romances fallidos, además de lidiar con la imagen que proyecta al público. «1989» debutó en el #1 de la lista americana de álbumes, superó el millón de copias en su primera semana a la venta y acabó despachando más de 6 millones en Estados Unidos, convirtiéndose en su trabajo más exitoso hasta la fecha. En el resto del mundo también resultó un éxito comercial: alcanzó el #1 en Australia, Canadá o Reino Unido y superó los 10 millones de ejemplares a nivel mundial.
Taylor Swift se convirtió en una de las jóvenes promesas del género Country en 2006 gracias a su álbum de título homónimo, el cual recibió buenas opiniones de los expertos musicales por su labor como compositora y sus habilidades vocales, aunque también advirtieron una escasa profundidad en las letras de las canciones, ya que incorporaban excesivos clichés y una temática propia de una adolescente. El primer álbum de Taylor Swift resultó un éxito comercial en tierras americanas y vendió más de 5 millones de copias sin embargo tuvo una recepción muy escasa fuera de Estados Unidos debido a su lanzamiento de carácter muy limitado a nivel internacional. Su segundo álbum, Fearless, superó el éxito del primero y fue certificado diamante en Estados Unidos por ventas superiores a los 10 millones gracias a la gran acogida de los singles ‘Love Story’ y ‘You Belong With Me’. Con una popularidad al alza en el resto del mundo, en 2010 llegó Speak Now, su tercer álbum, en el que seguía hablando de desengaños amorosos, sus relaciones con los chicos y trataba el tema de su imagen pública. «Speak Now» se convirtió en su segundo álbum #1 consecutivo en Estados Unidos y consagró a Taylor como una de las artistas más exitosas del género Country y de la música americana en general. En 2012 la cantante de Pennsylvania regresó con su cuarto álbum de estudio, Red, con el que ha intentado traspasar fronteras y llegar a un público más amplio incorporando un sonido pop/rock más comercial a su habitual repertorio de estilo Country-pop, por lo que podemos considerarlo como su álbum ‘crossover’, en una maniobra similar a la utilizada por Shania Twain en «Up!». «Red» está formado por un compendio de baladas y temas up-tempo, encuadrados dentro del pop/rock y Country-pop con influencias folk y dance-pop, en los que Taylor habla de la variedad y complejidad de sentimientos que se producen tras una tumultuosa ruptura sentimental. El ‘hitmaker’ Max Martin y su colaborador Shellback han sido los responsables del nuevo sonido pop más internacional de Taylor en este álbum, aunque también ha trabajado con su habitual productor Nathan Chapman, Jeff Bhasker o Butch Walker entre otros. «Red» debutó en el #1 de la lista americana de álbumes con má