A finales de los años 90 se produjo un apogeo del fenómeno fan, ya que ‘boy bands’ y ‘girl bands’ como Backstreet Boys, N’Sync o Spice Girls triunfaron en todo el mundo y el género Pop más comercial vivió uno de sus mejores momentos. Durante esos años también aparecieron cantantes femeninas surgidas de programas infantiles que lograron un éxito sin precedentes en el mundo de la música. Por supuesto me refiero a Britney Spears y Christina Aguilera y debido a la tremenda repercusión que tuvieron ambas cantantes con sus primeros álbumes, las discográficas se apresuraron a lanzar al mercado a imitadoras para poder aprovechar este auge en el Pop femenino, que vivió su mejor momento desde que Madonna, Janet Jackson y Mariah Carey triunfaran en los años 80 y principios del 90. A la sombra de Britney y Christina estuvo Jessica Simpson, una eterna ‘segundona’ cuya carrera musical se vio eclipsada totalmente por el éxito sin precedentes de las señoritas Spears y Aguilera y aunque también gozó de buena acogida tuvo la mala suerte de co-existir en la misma época que dichas Princesas del Pop. Britney y Christina publicaron sus álbumes debut en el año 1999 y cuando ya habían conseguido grandes ventas y acumulaban millones de fans por todo el mundo, Jessica Simpson hizo lo propio y lanzó su primer álbum, titulado Sweet Kisses, a finales de ese año. Mientras que la imagen de Britney durante sus primeros años era la de una Lolita sexy aunque dulce y su música estaba dirigida a un público adolescente, la discográfica de Jessica Simpson, liderada por Tommy Mottola (ex-marido de Mariah Carey), quiso posicionarla en el mercado como la nueva Mariah y centrarse en un público de mayor edad gracias a un sonido Adult Contemporary y una imagen más conservadora y recatada. Jessica Simpson era una joven religiosa y tradicional que repitió hasta la saciedad que llegaría virgen al matrimonio y encajaba más con el tipo de artista más tradicional que se llevaba a principios de los años 90 (como Mariah Carey en sus inicios) aunque lo que demandaba el público en el nuevo milenio era un tipo de cantante más sexy y divertida, como lo eran su máximas competidoras. Pese a que el álbum debut de Jessica Simpson gozó de buena acogida, distribuyó 2 millones de ejemplares en Estados Unidos y contó con el hit single I Wanna Love You Forever, las comparaciones resultan odiosas y al lado de los debuts de Britney y Christina, con más de 10 millones de copias vendidas en tierras americanas y singles de la talla de ‘…Baby One More Time’ o ‘Genie In a Bottle’, el álbum debut de Jessica no cubrió las expectativas de su discográfica y fue visto como un fracaso (aunque hoy en día se consideraría un éxito notable).
La estrategia de marketing para el siguiente álbum de Jessica Simpson podríamos resumirla como «donde dije digo, digo Diego» ya que el intento de su discográfica por convertirla en la nueva Mariah Carey y diferenciar a la cantante texana de sus competidoras mediante una imagen conservadora y más centrada en su voz y no el físico no surtió efecto. Por ello en 2001, una Jessica Simpson más delgada, ligerita de ropa y mostrando una imagen sexy irrumpió en el panorama musical con su segundo álbum de estudio, titulado Irresistible. Por tanto, para este nuevo trabajo se tragaron sus propias palabras sobre ser virgen hasta el matrimonio e intentaron vender a Jessica no como la Mariah de los 90, sino como la Christina más provocativa o Britney con sus coreografías y sus canciones pegadizas. Además del radical cambio de imagen, la música de Jessica también evolucionó y dejó atrás sus emotivas baladas pop para adoptar el sonido de moda, el R&B, que triunfaba durante aquellos años. «Irresistible» está compuesto en su mayoría por marchosos temas pop/R&B con influencia dance-pop, además de varias baladas reminiscencia de «Sweet Kisses». Algunos de los productores musicales del momento trabajaron en este álbum, como Cory Rooney (quien ya participó en su anterior álbum), Louis Biancaniello, Sam Watters, Rodney ‘Darkchild’ Jerkins, además de Walter Afanasieff, quien produjo las baladas del disco y es el responsable de los mayores éxitos de Mariah Carey.
El single presentación del álbum fue el tema que da título al álbum, Irresistible, un pegadizo tema pop/R&B producido por el sueco Anders Bagge que contaba con el típico sonido urbano de principios del 2000. Este single llamó la atención por su espectacular videoclip, que mostraba la nueva imagen de Jessica, con menos ropa y más coreografía y resultó un éxito moderado en las listas de venta, ya que ocupó el top 20 en Reino Unido y Estados Unidos. El segundo single fue A Little Bit, un marchoso tema dance-pop con influencias urbanas producido por Rick Wake, conocido por su trabajo previo con Anastacia, Jennifer Lopez o Mariah Carey. Este marchoso tema, uno de los más up-tempo y bailables del álbum, fue incapaz de repetir la buena acogida de Irresistible y fracasó en las listas de venta, por ello no más singles fueron lanzados de este álbum. Un tercer single fue planeado, la espectacular balada ‘When You Told Me You Loved Me’ compuesta y producida por Afanassieff, pero su lanzamiento fue cancelado. Esta dramática balada, muy al estilo Mariah, es uno de los puntos fuertes del disco ya que Jessica nos muestra su enorme torrente de voz. Mi tema favorito del álbum es el medio tiempo R&B/pop ‘Forever In Your Eyes’, compuesto por el que se convertiría en su futuro marido Nick Lachey y que hubiera sido un gran candidato como single. De entre los temas up-tempo que abundan en el álbum, destacan el potente y enérgico ‘Hot Like Fire’ producido por Cory Rooney y en el que Jessica se deshace de su imagen virginal y canta abiertamente de sexo, el marchoso tema dance-pop ‘What’s It Gonna Be’ que podría pertenecer al álbum ‘Oops!’ de Britney, ‘Imagination’, otro tema up-tempo R&B con influencia Hip-Hop por su base melódica o ‘I Never’, también producido por Darkchild y que contaba con su inconfundible sonido R&B del año 2000.
«Irresistible» recibió críticas principalmente negativas por ser un disco muy genérico y sobre-producido, debutó en el #6 de la lista americana de álbumes y fue certificado oro por ventas superiores al medio millón de unidades, una cifra claramente inferior a la de su álbum debut y también a la de su siguiente disco de estudio, In This Skin, que se convertiría en el trabajo más exitoso de su carrera musical. Aunque sea el menos vendido de sus tres primeros álbumes y fuera muy infravalorado por la crítica y el público, es claramente superior a sus siguientes trabajos discográficos, en los que ha pasado del dance-pop al Country sin encontrar su estilo propio y han tenido un impacto comercial mínimo. Definitivamente, Jessica Simpson no es santo de mi devoción ya que durante su carrera musical ha tocado todos los palos intentando adoptar un estilo musical basado en lo que está de moda en vez de seguir propio su criterio y a que responde al estereotipo de «rubia tonta» (como demostró ampliamente en su reality show). Sin embargo, dejando a un lado su peculiar personalidad y su falta de carisma, tengo que reconocer que Irresistible es uno de mis discos favoritos ya que combina el sonido R&B del año 2000 (mi favorito) con una gran voz como la de Jessica y cuenta con buenas canciones que pudieron haber triunfado de la mano de otro artista. Sin duda, Jessica Simpson canta mejor que Britney y es más atractiva físicamente que Christina, además cuenta con un gran talento vocal y un espectacular físico, sin embargo ha tenido un éxito muy limitado y reducido a Estados Unidos y su carrera siempre ha estado a la sombra de estas dos ‘pop stars’. Pese a todo, merece la pena rescatar del olvido este álbum, desconocido para muchos, pero que representa la esencia del ‘urban pop’ que adoptaron muchos cantantes durante los primeros años de la década pasada debido al auge del sonido R&B. Temas imprescindibles: Irresistible, Forever In Your Eyes, When You Told Me You Loved Me, A Little Bit, Imagination, I Never y What’s It Gonna Be. Puntuación: 8/10.